sábado, 28 de enero de 2017

De Plegarias atendidas y sus consecuencias: Truman Capote

«Se derraman más lágrimas por plegarias atendidas
que por las no atendidas»
Santa Teresa

Portadda en Inglés del libro. No se puede negar que el autor tenía un estilo impecable para llamar la tención, en medio del glamour de sus amistades de la alta sociedad.

Hace un tiempo llegó a mis manos un libro bastante interesante, de los publicados por la Secretaría de Educación Pública de México, que se utilizaron para llenar los estantes de las aulas de todo México. Debo admitir que es un loable esfuerzo, pero  estéril, en vista de los resultados; resultó como tirarles diamantes a los cerdos (esto último es un dicho de ese personaje bíblico llamado Jesús. ¿Pero porqué me pareció un esfuerzo estéril? Pues porque me tocó ver esos libros con conocimientos e historias maravillosas arrumbados por ahí, juntando moho, algunos incluso siendo utilizados como papel sanitario de emergencia. Esto último, por supuesto, en las aulas marginadas de las comunidades refundidas de México.

Dejando de lado la política educativa del país, mencionaré que aquel libro era una coleccion de novela negra, abarcando los clásicos norteamericanos exclusivamente: solamente recuerdo los nombres de Raymond Chandler y Dashiell Hammet. Lamentablemente ese libro no duró mucho en mis manos y tuve que devolverlos, pero en mi mente quedaron un título y un autor que resonaban en  mi cabeza prometiendo historias inagotables de suspenso y gotas de sangre añejadas con el veneno de la venganza: "A sangre fría", de Truman Capote.  aquel título perfecto y su varonil (en ese momento supuse) nombre de autor eran demasiado destacables para dejarlo pasar así. Dado que en mi ciudad no hay librerías destacables mas que un puesto de periódico y revistas musicales, y aunque hubiera, resultaría económicamente difícil sacrificar unos pesos por algo que podía conseguir gratis, recurrí al maravilloso poder de internet y vualá: un poco de navegación en Google y me dí una idea del autor y sus libros. No me desengañé. Por el contrario, ataqué con ganas aquel pdf titulado "Plegarias atendidas", desde la tímida pantalla de 5.5" de mi celular. Lo leí y releí a todas horas: en casa, en el empleo, en sábados y domingos. Y es que no es necesario ser precisamente un genio para que, una vez conocida la biografía del autor, darse cuenta de que había plasmado algo de sus vivencias personales, de su vida social, de sus amarguras y glorias, en aquel libro, donde según él, pretendía ganar la gloria. Y la ganó. Sin embargo, cruel broma del destino, el título de aquel libro hacía referencia también al futuro del autor: y es que, luego de sacara a la luz los "trapitos sucios" de la jet set de los estados unidos, la créme de la créme, lo  más selecto de la sociedad que residía en los EE.UU y Europa, fué ignorado por éstos, y desterrado de aquellos bailes lujosos, de la amistad de aquellas esposas de políticos e industriales que había retratado, de la luz que le proporcionaban aquellas estrellas del cine y la tv que le iluminaban con sus historias, sus chismes y sus desahogos. Para observar de manera directa el resultado de aquella catástrofe personal para Capote, basta observar que originalmente "Plegarias atendidas" debía ser un libro con muchos capítulos más de los que realmente salieron. Capote, no acabó de escribir la que esperaba fuera su "ópera magna", y eso habla mucho de un autor que consagró 6 años de su vida para escribir el relato de uno de los peores crímenes que se recuerden en los estados unidos, el libro que mencioné al principio, "A sangre fría", el cual le sirvió para darse a conocer, ser una estrella, cultivar la amistad de aquellos a quienes más tarde traicionaría, y ganarse merecidamente un lugar en la literatura mundial.

Para aquellos que tengan la duda de porqué el título del libro "Plegarias atendidas", y su significado interpretado a mi manera como una broma del destino, les recomiendo leer el libro, ya sea que puedan conseguirlo en pasta, o recurriendo al pdf, que les dejo aquí. Es imperdible.

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